lunes, 5 de diciembre de 2011

LA CULPA LA TENEMOS NOSOTROS

No hay cosa que más me reviente que ver tanta falsedad e hipocresía. Últimamente oímos por todas partes que la culpa la tienen los banqueros, los mercados, las bolsas, los especuladores, los políticos, el euro...etc. ¡No! La puñetera culpa la tenemos nosotros, el pueblo, esta sociedad analfabeta atontecida, egoísta e irresponsable. Nuestra condición humana no es diferente a la de los poderosos. Somos tan irresponsables como ellos, tan egoístas, tan faltos de principios, tan cobardes y tan falsos.
Si estuviésemos en la posición de los banqueros, los políticos o los inversores, haríamos exactamente igual que ellos, porque ellos salieron de entre nosotros, toda esa gente no son extraterrestres; han salido del pueblo y conservan todos los mismos defectos de la masa.
La culpa es nuestra porque nosotros también hacemos trampa en nuestros impuestos, a ver quién es el que no conoce a alguien que no haya defraudado alguna vez al fisco. Nosotros, el pueblo, tan alabado por nuestros politicuchos demagogos, somos los que hemos renunciado a nuestra razón y a nuestra dignidad y nos hemos dejado embaucar con las ideas "progresistas" que nos dicen que lo importante es disfrutar de la vida al precio que sea, aún a costa de traicionar a los demás e incluso a nuestras más intimas convicciones. Nosotros somos los que nos hemos aborregado y acudimos multitudinariamente como un rebaño, a espectáculos, a ceremonias, a mitines y a conciertos en los que un grupo de frikis, con frecuencia cargados de pastillas, berrean sus frustraciones y su desprecio y aplaudimos con los brazos alzados balaceándonos como zombis cuando ellos se rien en sus letras de las tradiciones, de la ley, las autoridades y hasta de la buena educación.
La culpa la tenemos nosotros que hemos hecho del uso de las drogas algo consustancial con nuestra cultura. El otro día leía del robo de varias toneladas de cocaína. ¿Quién consume esa enorme cantidad de droga?¿Los banqueros? No, nosotros, nuestros hijos, nuestros hermanos, nuestros padres, nosotros el pueblo, tan inocente, tan responsable y ¡pobrecito! tan abusado por los mercados, el paro y los especulatas financieros.
La culpa la tenemos nosotros que hemos convertido la prostitución y la pornografía en negocios normales y multimillonarios. Millones de jóvenes de los dos sexos dedicados a la prostitución y millones de consumidores de todas las edades.
La culpa la tienen nuestros hijos que como borregos y borregas, tan modernos ellos y ellas, van los fines de semana en manada a sus botellones a atascarse de alcohol, dejando el lugar como si por allí hubiese pasado Atila, rey de los hunos.
La culpa la tenemos nosotros que hemos admitido la antihumana y criminal práctica del aborto como un derecho de la mujer al asesinato del hijo en sus entrañas. Solo en España, más de cien mil niños cada año son sacados a pedazos del vientre de sus madres. Y mientras tanto millones de familias que no pueden tenerlos esperan años y años para adoptar uno extranjero porque españoles no hay.
La culpa la tiene la televisión, esa formidable arma que se ha convertido en la verdadera universidad del pueblo en donde se patrocinan tantos programas basura, maleducan en toda suerte de antivalores y en donde sutilmente se inculcan ideas corrosivas que van contra la esencia de la sociedad y de la convivencia. Por ejemplo la familia tradicional, sutilmente desprestigiada en multitud de programas, ha sido una gran victima de ese sutil veneno que destilan las pantallas. El resultado después de sesenta años, es el catastrófico panorama que nos ofrecen millones de familias modernas y es el vertiginoso suicidio que estamos cometiendo al disminuir rápidamente la población autóctona. Sin ir mas lejos en las pasadas elecciones del 20N había en el censo medio millón menos de españoles. Los hijos son una carga, la fidelidad es cosa anticuada, el amor conyugal "hasta que la muerte nos separe" no existe y es un mito y donde ser un inútil y un tarugo está bien visto, veasé a los paquirrines, belenes esteban alias princesa del pueblo...etc. Esos programas que por cierto no ve nadie y a nadie le gustan pero son líderes de audiencia todas las semanas.
Por tanto ¡no seamos tan hipócritas y tan falsos! Y dejemos de echarle a otros la culpa de todo lo que nos pasa y como estamos, porque los únicos y verdaderos culpables de como está hoy esta sociedad actual en la que malvivimos somos nosotros y nosotros los primeros que deberíamos pensar en cambiarla.