martes, 1 de abril de 2014

UN EPISODIO OSCURO

Hay un episodio de la historia de este triste país que conviene rescatar del traicionero olvido al que ha sido relegado  y no es más que la guerra de la independencia ante los franceses desde 1808 al 1814. Una guerra total de exterminio masivo al que fuimos sometidos ante un invasor que no se detuvo ante nada ni ante nadie a la hora de ejecutar las ambiciones de un Napoleón con sed de venganza de unos reyes borbones a los que despreciaba con todas sus fuerzas y de un pueblo al que consideraba medio tonto, analfabeto y fácilmente manipulable. Para ello secuestró a la familia real y con la excusa de invadir Portugal penetró con el grueso de su ejército en la península cuyas plazas fuertes fueron cayendo una a una a pesar del famoso levantamiento en Madrid de 1808 que fue sofocado brutalmente por la famosa caballería de mamelucos, coraceros y dragones que cargaron con toda su furia contra un pueblo que no se resignaba a ser sometido.




Fue una guerra de guerrillas y de asesinatos masivos, pueblos enteros arrasados y borrados del mapa, familias enteras aniquiladas sin piedad, mujeres y niños incluidos con una brutalidad indescriptible, patrimonio histórico expoliado, robado y hecho añicos. Solo en el final de la guerra todo lo que no pudieron llevarse en obras de arte de todo tipo fueron abandonadas a su suerte en la frontera ante la imposibilidad de no poder llevarselo. No se comprende el porqué de la inmensa brutalidad de las tropas francesas en todas sus formas, tanto humanamente como culturalmente. Ninguna nación a las que combatió, ingleses, austriacos o rusos sufrieron tanto daño y exterminio como lo sufrimos  nosotros y sin embargo fuimos la primera nación en derrotarle en campo de batalla abierto, General Castaños Bailén 1808, esto jamás se tuvo en cuenta después por las potencias europeas vencedoras, ninguna hasta ese momento había logrado vencerlo, solo nosotros y a pesar de eso fuimos relegados al olvido, como siempre. Las punturas de Goya son magnifica prueba de la crueldad con la que se ensañaron las tropas del emperador, pinceladas para un episodio vergonzoso de la historia de esta inmensa tragedia que a nadie importó una mierda años después y que sin embargo tiempo antes se jactaban de las libertades que la revolución francesa había traído. Los tristes y harapientos españoles con todas sus miserias y masacres sufridas fueron apartados y olvidados en la sociedad de naciones que después se constituyó. 





Tiene gracia que fuera nuestro mayor enemigo, el mismo de las matanzas, exterminios y expolios, el que reconociese y pusiese algo de honor a las víctimas de aquella contienda maldita, solo al final de su vida, Napoleón, en su destierro en la isla de Santa Helena reconoció que, palabras textuales: “Aquel día (2 de mayo de 1808) el pueblo español se levantó como un hombre honor”.