sábado, 25 de enero de 2014

REFLEXIONES VOL 4

Con la pobreza inundando el corazón de muchos hogares, el  pesimismo se ha hecho dueño del destino de una gran parte de la sociedad que vaga ya perdida y sin esperanza por las calles frías e inertes de este país de derrotados. Los últimos datos de la EPA lo confirman y corroboran, la falacia de la recuperación es solo para economías boyantes y bolsillos llenos. El ciudadano de a pie está condenado a  conformarse  con subsidios, la paga de los abuelos o en el mejor de los casos  subsistir con un algún minijob que le dé  para maltirar malamente un tiempo hasta que vuelva a la rutina de la indigencia.

Con la pérdida de población a la que asistimos rendidos e impasibles y que ya está teniendo consecuencias, en el que unos pocos empresarios amiguetes del barbas viven a base de esquilmar al resto que se esfuerza en escapar  de esta quema, obligándose sin remedio a un exilio forzado, quedando un país completamente desolado medio en ruinas, en el que la reforma laboral y la ley Wert proporcionan la suficiente mano de obra barata, casi esclava que estas élites  necesitan.

Mientras tanto en el gobierno se respira optimismo, quizás un optimismo irreal, desvergonzado, casi grosero, debido a que estamos en año de elecciones y conviene destacar las inexistentes proezas económicas de un gobierno perdido que se cree  sus propias tonterías.

Los datos que vienen de Europa lo confirman. Habrá recuperación económica pero sin creación de empleo  ¿Qué es eso? ¿Cómo puede haber progreso sin creación de puestos de trabajo? ¿Es acaso posible? Para mí que no entiendo nada de economía me da a entender que para los empresarios ricachones habrá de nuevo beneficios, que se les llenarán los bolsillos a espuertas  y  engordarán otra vez sus cuentas en Suiza   pero para la gente normal, esa inmensa mayoría entre los que me incluyo, seguiremos subsistiendo como podamos arrastrándonos penosamente a merced del día a día y de las migajas que caigan de la mesa del rico.

Recuerdo de pequeño cuando estudiaba la revolución francesa en el colegio, cuando el pueblo harto de injusticias y masacrado por el hambre de ver como  morían sus hijos mientras la nobleza embriagada de lujos y fiestas cebaban sus barrigotas a base de impuestos al populacho,  de engañarles a base de pan con gusanos y de supuestos progresos, hasta que éste un día saturado de tantas miserias dijo ¡Basta!


Quizá tengan que empeorar todavía mucho más las cosas para que ésta sociedad reaccione, quizá tengamos que ver morir de hambre a nuestros hijos para que se nos encienda la llama de la dignidad. Creo sinceramente que algo se está cociendo muy en el interior de cada persona que está viendo como todo su mundo, su familia, sus amigos, sus conocidos, en fin todo el  proyecto de vida que cada uno tiene, se nos está arrebatando vil y miserablemente, quizás tengamos que contemplar todo eso primero hasta que el fuego de la justicia ponga a cada uno en su sitio. Pero de lo que no me cabe duda es que  hasta que ese día llegue tendremos que ver todavía muchas lágrimas y amarguras porque visto lo visto y a pesar de todo los sufrimientos y puñaladas que llevamos en la espalda el vaso de la paciencia y la resignación aún  está por llenarse.

2 comentarios:

  1. El aguante de una sociedad lobotomizada y machacada, atontada y envilecida, puede ser infinito. No creo que haya solución, la gente está muerta por dentro. Han ganado la guerra, la tercera, esa de la que hablaron "armas silenciosas, para guerras tranquilas". Bombardeo a la psique del consumidor y destrucción progresiva del espíritu crítico. Esto no tiene buena pinta. Las cosas cambiarán no obstante, pero por desgaste, superpoblación, contaminación...seguirá empeorando todo hasta deshacerse en el fango, y aún todavía el pueblo seguirá sin levantarse. Pereceremos ahogados en nuestra propia inmundicia física y moral. La raza humana está, hoy por hoy, condenada...sólo queda esperar un cambio de consciencia masivo, y eso se antoja prácticamente imposible a largo plazo. La revolución será interior y personal, es la única manera de nutrir lo colectivo y conformar masa crítica.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo que no se da cuenta mucha gente es que vivimos en una dictadura disfrazada de democracia. La revolución interior es la primera que se tiene que dar para un verdadero cambio, pero no hay nada que hacer. Ya se perdió toda esperanza. Saludos

      Eliminar